Ella lo dejó y él le disparó con una escopeta delante de sus hijos: el intento de femicidio que sacude a Wilde
Jésica Domínguez tenía un botón antipánico que no llegó a activarlo antes de ser atacada. El femicida burló las medidas judiciales e ingresó por el patio trasero de la casa.
Cansada de los maltratos, Priscila Peralta (25) le puso fin a la relación que tuvo con Darío Joel Leiva (25) durante 8 años. Este domingo, él le disparó con una escopeta tumbera delante de sus hijos, escapó en moto y todavía sigue prófugo.
Seis horas antes del violento episodio, que ocurrió durante la tarde en la localidad bonaerense de Wilde, partido de Avellaneda, Darío fue hasta la casa de Priscila. “Se la quería llevar, ella le dijo que no y se fue enojado”, comentó a TN Melany Peralta, hermana de la joven atacada.
A las 17.45, Priscila estaba con dos de sus hijos (10 y 7) en la vereda de su casa, a la que había regresado tras separarse dos semanas atrás. Mientras estaban tomando mates, apareció Darío en una moto. “Mirá lo que me hiciste”, le gritó a su ex.
Melany comentó que el agresor tenía problemas de adicciones y se los adjudicaba a Priscila “porque decía que ella la engañaba e incluso inventaba relaciones amorosas que nunca existieron”.
Luego de un breve intercambio de palabras, la joven atinó a ingresar a su casa para que la discusión no pase a mayores. Sin embargo, se olvidó que afuera había quedado su hijo (10) y volvió rápidamente a buscarlo.
Ellos tenían dos hijos en común (7 y 1) y el nene más grande era fruto de otra relación de la joven. Cuando Priscila se asomó a la vereda, el atacante sacó una escopeta tumbera de su mochila y le disparó.
La víctima fue trasladada por su familia al hospital, donde la operaron y sigue internada con custodia policial. El tiro impactó en el abdomen, en un brazo y un dedo: “Está despierta a la espera de que le den el alta”.
La tarde del hecho, las cámaras de seguridad registraron a Darío escapando con su moto en sentido a Quilmes. Además, Melany aseguró que este martes lo vieron cerca del colegio donde van sus hijos, pero todavía sigue prófugo.
El caso quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N°2 de Avellaneda-Lanús, a cargo de las fiscales María Laura Carballal y Mercedes Dudan.
Un ataque previo y una denuncia por violencia de género
Una semana antes del intento de femicidio, según contó la hermana de la víctima “Darío la atacó a golpes y la lastimó bastante”. Sin embargo, ese ataque fue interrumpido por la hija (7) de ambos, que “se tuvo que poner en el medio para que le deje de pegar”. A los pocos días retomaron la relación porque él “le prometió que iba a cambiar”.
Melany afirmó que el atacante, en otro momento, “le había tirado un escopetazo” en medio de una de sus peleas: “Se estaban celando entre los dos y se metió la hermana de él. Priscila se corrió y no le llegó a dar (el disparo)”.
El agresor hasta se había peleado con su propia hermana, a quien acusaba de ayudar a la víctima para que tenga citas con otros hombres.
Priscila sospechaba que algo malo podía pasarle, entonces la última vez que discutieron se fue a la casa de sus padres. “Cuando se separaba venía para mi casa, estaba muy cansada. Nunca había estado tan firme como ahora, pero él se puso loco porque lo dejó”, señaló.
“Ella le hizo una denuncia por violencia de género y mi papá le puso una perimetral porque estaban peleados, fue en la época del Mundial. Darío tomaba, se drogaba y se pelearon así. Entonces mi papá le puso una perimetral”, continuó, y rogó: “Queremos que lo detengan. No podemos salir de casa”.